Es posible conseguir un rostro brillante y luminoso y en gran parte, el responsable no es otro que el vaporizador facial.
El Vaporizador Facial es uno de los aparatos más que imprescindibles en cualquier centro de estética.
Su función en los tratamientos parece simple, pero no lo es. Es interesante recordar que no deja de tratarse de una sauna, en este caso, concentrada en el rostro.
El vapor que expulsa, aumenta la temperatura de la piel, lo que hace que a su vez reblandezca las impurezas, puntos negros, espinillas y células muertas que obstruyen los poros.
Una vez están dilatados, resulta fácil limpiar la piel y así eliminar cualquier congestión que pueda ocasionar granitos.
Pero es que, además, tiene otros beneficios: mejora el flujo sanguíneo y nutre las células cutáneas dejando la piel más hidratada, permitiendo que los cosméticos penetren en las capas más profundas de la piel.
Pero, aún hay más, debido a la mayor oxigenación de la sangre, facilita que los procesos celulares sean más efectivos, estimulando la producción natural de colágeno tan beneficiosa para la piel.
Despeja los conductos nasales y posee un gran efecto bactericida y germicida; ayudando a eliminar bacterias y purificar en profundidad la piel.
Siguen los beneficios¡! El vapor crea una sensación de bienestar en el cliente. Este bienestar se siente en todo el cuerpo y mente que se puede potenciar combinándolo con la aromaterapia. En general, todos los modelos incorporan esencieros donde se puede aplicar cualquier aceite dependiendo de lo que le guste o necesite el cliente.
En Almont Cosmetic disponemos de una línea de vaporizadores de diferentes estilos, modelos e importes.
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