Ser Esteticista
Hoy es el día de la mujer y en el blog de hoy me encantaría homenajear a todas esas esteticistas que desde su vocación cada día liberan la belleza de cada una de las personas.
Hace algunos días me encontré con una esteticista, ya retirada, pero que cuando puede con un gran amor asesora, y depila las cejas con un arte inigualable. No lo aparenta en absoluto, pero por su trayectoria en su salón y por su sabiduría seguramente tiene muchos, muchos años.
Le he comentado que me gustaría hacer valer más el trabajo de las esteticistas, darle más prestigio. Yo no soy esteticista pero trabajo con ellas y me da la sensación que la lista de precios que tienen en sus centros nada tiene que ver con lo que hacen. Tenemos que hacer una campaña y tienes que ayudarme.
Me sonrió con mucha ternura y me dijo que era muy complicado en estos tiempos que corren.
Me gustaría, si lees esto, puedas ayudarme para hacerlo.
Tanto la peluquería como la estética son importantes. En la peluquería no solo nos peinan el cabello, nos peinan el alma. En el centro de belleza no solo nos depilan o nos hacen un tratamiento facial, nos devuelven la autoestima.
El trabajo de la esteticista va más allá de decirte que maquillaje te sienta mejor. Ella es capaz de escuchar a sus clientes, es capaz de crear un ambiente relajado y sin estrés en la cabina con cualquier tipo de tratamiento.
Es capaz de asesorarte sobre los productos que más te conviene y así verte guapa, sentirte bien.
Es increíble la transformación de las personas. Siéntate en la recepción de cualquier centro, observa cuando entra una persona y espera a que salga. Qué cambio!!!
Quien es capaz de hacer esto?
Tenemos que devolver el prestigio que se merece a esta profesión.